Alemania se encuentra en una encrucijada respecto a las ayudas para la compra de coches eléctricos. Tras el retiro de subsidios a finales de 2023, el mercado se vio inicialmente afectado, con una caída significativa en las matriculaciones. A pesar de esto, las matriculaciones de coches eléctricos han vuelto a crecer durante los primeros meses de 2025, alcanzando un 17% del total de vehículos registrados en el país. Esta tendencia plantea una nueva pregunta sobre la dependencia del mercado de las ayudas estatales.
Además de Alemania, otros países como Noruega y Bélgica han implementado estrategias distintas para promover la adopción del coche eléctrico. Noruega ha resaltado la importancia de beneficios fiscales y la exención de impuestos para hacer más atractiva la compra de estos vehículos. Mientras tanto, Bélgica ha ofrecido deducciones fiscales significativas a empresas, lo que ha llevado a un aumento notable en su cuota de mercado. Estos enfoques sugieren que las políticas pueden ser más efectivas que las simples ayudas directas al consumidor.
El panorama en toda Europa refleja una evolución en la manera en que los gobiernos pueden estimular el uso de coches eléctricos. Mientras que las ayudas directas a consumidores parecen ser menos efectivas sin un contexto total de reducción de precios, incentivar a las empresas y ofrecer beneficios fiscales puede resultar en un crecimiento sostenible en el sector. La experiencia de Alemania y otros países es un llamado a repensar las estrategias que facilitan la movilidad eléctrica y una transición hacia un futuro más sostenible.
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