Un reciente fallo de la Corte de Apelaciones de EE. UU. ha revivido la disputa por las patentes de CRISPR, la innovadora herramienta de edición genética. Este caso involucra a las científicas Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, quienes buscan demostrar que deberían poseer las patentes claves de esta tecnología que ha marcado un hito en la biotecnología del siglo XXI. La histórica batalla por los derechos de CRISPR involucra no solo millones de dólares, sino también el prestigio científico de sus inventores.
Doudna y Charpentier fueron los primeros en publicar sobre un sistema que permite realizar cortes precisos en el ADN en 2012, aunque el conflicto gira en torno a su aplicación en células animales, donde ambos lados afirman haber sido los primeros. La Corte ha decidido que es esencial revisar cómo se determinó esta invención y que no sería necesario haber demostrado su eficacia en el momento de la concepción para ser reconocidos como los inventores originales.
Este nuevo desarrollo en el caso abre la puerta a que Doudna y Charpentier puedan finalmente llevarse una victoria clara en esta batalla de patentes. La controversia está lejos de terminar, ya que se examinará si el investigador Feng Zhang basó su trabajo en las publicaciones de las Nobel. Con el regreso del caso a la junta de patentes, se avecina una revaluación crucial que podría cambiar el rumbo de la propiedad intelectual en el ámbito de la biotecnología.
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