
Un tribunal de apelaciones de EE. UU. ha reabierto el caso sobre la propiedad de las patentes de CRISPR, una de las tecnologías biológicas más importantes del siglo XXI. Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, quienes desarrollaron este sistema de edición genética, han recibido una segunda oportunidad para demostrar que son las legítimas propietarias de estas innovadoras patentes. Este fallo constituye un revés para Feng Zhang del Instituto Broad, quien ha estado involucrado en una disputa amarga por el reconocimiento y las inversiones asociadas con esta tecnología revolucionaria.
El conflicto se centra en el uso de CRISPR para editar genes dentro de células animales. Mientras Doudna y Charpentier fueron los primeros en publicar sobre la capacidad de cortar ADN, Zhang demostró en 2013 su aplicación en células, lo que ha llevado a múltiples decisiones legales. La última resolución del tribunal indica que Doudna y Charpentier tienen derecho a que se revise su caso bajo un estándar más apropiado. Este cambio de dirección puede considerar su capacidad de concebir el invento sin la necesidad de que hubiera funcionado en su totalidad en todos los organismos desde el principio.
El resultado de esta batalla legal no solo implica créditos y patentes, sino que podría cambiar el rumbo de la biotecnología para el futuro. Si Doudna y Charpentier son reconocidas como las creadoras originales de CRISPR, esto podría tener un impacto profundo en el campo de la edición genética y su aplicación médica. Mientras el Instituto Broad se muestra confiado en que sus patentes serán reafirmadas, este renovado proceso ofrece la posibilidad de que Doudna y Charpentier finalmente obtengan el reconocimiento que merecen por su contribución a la ciencia y la humanidad.
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