Recientemente, un alto funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. ha revelado su intención de recopilar comunicaciones internas relacionadas con un amplio espectro de figuras públicas, críticos de Donald Trump, y organizaciones que han abordado la desinformación en línea. Este movimiento ha creado alarma entre empleados del departamento, quienes lo consideran una caza de brujas sin precedentes que podría comprometer la privacidad y seguridad de muchas personas mencionadas. El funcionario, Darren Beattie, busca establecer un documento similar a los ‘Twitter files’ de Elon Musk, en un intento por construir confianza con el público estadounidense.
La solicitud de Beattie detalla una extensa búsqueda de correos electrónicos y otros registros relativos a individuos influyentes y críticas relacionadas con la administración Trump. Incluye nombres como Bill Kristol y organizaciones como el Stanford Internet Observatory, así como una lista de palabras clave vinculadas a temas polarizantes como ‘Black Lives Matter’ y ‘QAnon’. Empleados del departamento han expresado su preocupación sobre el enfoque poco convencional de Beattie, considerándolo como una forma de hostigamiento y un intento de silenciar voces críticas.
Los críticos temen que esta situación impulse un efecto escalofriante en la libertad de prensa y la capacidad de los periodistas de trabajar sin temor a represalias. Con el cierre reciente de la oficina de R/FIMI, muchos especulan sobre las verdaderas motivaciones detrás de la búsqueda de Beattie y sus implicaciones para la integridad de la información en la política estadounidense. La combinación de tácticas agresivas y la herencia de discursos de odio en el entorno político actual es motivo de alerta para todos los que valoran la democracia y la transparencia.
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