
Los investigadores climáticos están adoptando un nuevo enfoque para medir la temperatura de la nieve en las montañas, lo que es crucial para gestionar el agua en regiones como California y Nevada. Con el cambio climático provocando un clima errático, es esencial entender cuándo fluirá el agua de la nieve derretida y cuándo podría provocar inundaciones. Este análisis cada vez más preciso promete mejorar no solo la gestión del agua, sino también la seguridad hídrica en este contexto de sequías extremas e inundaciones.
Para abordar este desafío, el equipo del Desert Research Institute ha desarrollado un innovador dispositivo de infrarrojos que permite medir la temperatura dentro del manto de nieve. A través de un método que evita la ardua tarea de excavar pozos de nieve, este aparato proporciona datos vitales sobre la temperatura en diferentes niveles de la nieve, ayudando a predecir el momento en que comenzará a derretirse. Este avance se revela como crucial para optimizar el abastecimiento de agua que se libera de las reservas nevadas en primavera y verano.
Sin embargo, a pesar de estos avances, existe preocupación por el futuro de la investigación climática debido a recortes en agencias federales. Los científicos advierten que la falta de financiamiento y recursos puede comprometer esfuerzos críticos en la recopilación de datos necesarios para gestionar los sistemas de agua. En un panorama cada vez más impredecible por el cambio climático, es esencial que se mantenga un soporte robusto para las iniciativas que monitorean y prevén el comportamiento del agua que proviene de los nevados, ya que son un recurso invaluable para la región.
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