El juicio contra Sean Diddy Combs comenzó en Nueva York, donde se enfrenta a graves acusaciones de delitos sexuales y tráfico de personas. Combs, un influyente magnate musical de 55 años, está acusado de orquestar una red criminal que obligaba a mujeres a participar en orgías bajo amenazas y coerción. La selección del jurado se realizó, y el proceso judicial se anticipa largo y complicado, con alegatos iniciales programados para el 12 de mayo de 2025.
A pesar de las serias acusaciones, Diddy se ha declarado inocente y sostiene que las relaciones fueron consensuadas. Su abogado ha indicado que el rapero se niega a aceptar cualquier acuerdo de culpabilidad y se arriesga a enfrentar una cadena perpetua si es hallado culpable. Este caso es particularmente relevante porque podría tener repercusiones significativas dentro de la industria musical, que ha sido criticada por su manejo de las denuncias de abuso sexual.
El juicio de Combs es visto como un posible punto de inflexión para la música hip-hop, siguiendo el movimiento #MeToo. A diferencia de otros casos previos, como el de R. Kelly, que se centraron en R&B, la acusación contra Combs podría abrir un debate más amplio sobre el abuso en el hip-hop. Ya ha habido múltiples acusaciones en su contra, incluso una demanda presentada por su expareja que alega coerción a lo largo de varios años, implicando violencia y consumo de drogas.
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