
Un nuevo programa del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) está transformando la forma en que se analizan las drogas en las calles, ofreciendo a las agencias de salud pública y ley una ventana sobre la composición de los opioides circulantes. En Maryland, donde las sobredosis fatales alcanzaron cifras alarmantes en 2021, este esfuerzo se ha vuelto vital para entender la influencia de sustancias altamente peligrosas como el fentanilo. Gracias a la tecnología de análisis en tiempo real, se puede obtener información crítica sin poner en riesgo a los analistas.
El programa, conocido como RaDAR, permite que las muestras sean recolectadas de manera segura por primeros respondientes y voluntarios en sitios de intercambio de agujas, eliminando la espera que requerían las intervenciones policiales. Este avance no solo ha reducido el tiempo de análisis de 30 minutos a solo unos pocos, sino que también ha revelado la presencia de sustancias como el xylazine, que está causando estragos en los usuarios. Con 80% de las muestras analizadas conteniendo esta sustancia, se ha facilitado la identificación de riesgos inminentes y el enlace a servicios de salud.
En 2024, el análisis de RaDAR ha comenzado a mostrar patrones preocupantes, como la aparición de BTMPS, un químico industrial que podría complicar aún más las sobredosis. Aunque algunos creen que el programa está reduciendo las muertes por sobredosis al ofrecer información vital sobre las sustancias, el futuro sigue siendo incierto. Para muchos, este enfoque humanizado transforma no solo la lucha contra las drogas, sino la vida misma de quienes se enfrentan a la crisis de adicción en EE.UU.
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