
Recientemente, un tribunal de EE. UU. reavivó la disputa sobre la propiedad de las patentes de CRISPR, una tecnología revolucionaria en el campo de la biotecnología. Los científicos Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier recibirán otra oportunidad para demostrar que deben poseer las patentes clave de esta herramienta de edición genética, considerada una de las invenciones más importantes del siglo XXI. Esta decisión representa un cambio significativo, ya que anteriormente enfrentaron varios reveses respecto a sus derechos de patente.
La controversia surgió tras la intervención de Feng Zhang del Broad Institute, lo que desencadenó un conflicto que involucra cientos de millones de dólares y prestigio científico. El fallo más reciente del tribunal invita a reexaminar si Doudna y Charpentier realmente fueron las primeras en concebir esta invención. A diferencia de las disputas típicas, esta pelea sobre los derechos de patente de CRISPR se compara con hitos como la invención del motor de vapor o el teléfono, destacando su importancia histórica.
La decisión del tribunal no solo ofrece una nueva oportunidad para Doudna y Charpentier, sino que también pone en cuestión el proceso de investigación del equipo de Zhang. El tribunal determinó que el hecho de que los Nobelistas no hayan logrado hacer que su tecnología funcionara en ciertas especies no debe afectar su derecho a ser reconocidos como los creadores de CRISPR. A medida que el caso regresa al organismo de patentes para un nuevo análisis, la comunidad científica observa de cerca las implicaciones que esto tendrá para el futuro de la edición genética.
Leave a Reply