Sinners, la nueva película de Ryan Coogler, destaca por su impresionante secuencia en un juke joint, donde la música y la experiencia colectiva se convierten en protagonistas. Durante esta escena, el personaje Sammie, interpretado por Miles Caton, ofrece una actuación musical tan potente que logra atraer las almas de espíritus pasados y futuros. Esta representación busca capturar la esencia de actuaciones en vivo que pueden llegar a ser casi trascendentes, un sentimiento que Coogler quería plasmar de manera visual y emocional en la película.
La filmación de esta espectacular secuencia no fue tarea fácil. Coogler utilizó cámaras IMAX, que presentaron desafíos en términos de tiempo de grabación. Sin embargo, el director quería aprovechar al máximo la experiencia visual que ofrece el formato IMAX. A pesar de las limitaciones, el equipo logró dividir la grabación en secciones, cada una cuidadosamente coreografiada para lograr un montaje que parezca continuo. Ludwig Göransson, el compositor, fue fundamental en la creación de la música que acompaña a esta secuencia, fusionando diferentes géneros para reflejar la diversa herencia musical.
El último día de rodaje fue particularmente simbólico; el equipo encendió el techo del juke joint para simbolizar la liberación y el desenfreno de la escena. Coogler destaca que esta experiencia sensorial es un momento de conexión entre los personajes y sus ancestros, una oportunidad de trascender su historia. A través de una actuación musical impactante y una narrativa visual que combina historia, música y elementos sobrenaturales, Sinners se perfila como una obra conmovedora y única en el panorama cinematográfico actual.
Leave a Reply