Bill Gates ha intensificado su conflicto con Elon Musk al acusarlo de indirectamente contribuir a la muerte de niños pobres. En una reciente declaración, Gates enfatizó la responsabilidad moral que ambos líderes deben abordar, trayendo a la luz la importancia del modelo de poder que representan. Esta disputa se enmarca en la celebración del 25 aniversario de la Fundación Gates, que ha destinado más de 100 mil millones de dólares a mejorar la salud y el desarrollo humano a nivel global.
Gates anunció su intención de cerrar su fundación en 2045, dedicando casi toda su fortuna personal de 200 mil millones de dólares a causas urgentes. Afirmó que los avances, incluida la inteligencia artificial, podrían lograr cambios significativos que hagan innecesaria su organización. Sin embargo, subrayó el retroceso en la cooperación internacional y cómo las decisiones recientes, influidas por Musk, han afectado severamente programas de salud en países vulnerables.
La enemistad entre Gates y Musk no es nueva. Desde 2012 han tenido desacuerdos sobre la mejor forma de abordar los problemas globales, lo que culminó en una distensión durante el último año. Gates, preocupado por el descenso en la ayuda exterior y la falta de compromiso humanitario, destaca la urgencia de actuar ahora para evitar más muertes infantiles y cambiar las condiciones de vida en los países menos favorecidos. Este enfoque pragmático se centra en maximizar el impacto social antes del cierre de su fundación.
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