El 2025 ha comenzado de manera alarmante para la tecnología climática en Estados Unidos, con más de $8 mil millones en proyectos cancelados durante el primer trimestre. Un total de 16 proyectos de gran escala han sido detenidos, lo que marca un aumento sin precedentes en el número de cancelaciones comparado con años anteriores. La causa de esta tendencia abrumadora se debe a factores como cambios drásticos en las políticas federales y una demanda por tecnologías, como vehículos eléctricos, que no ha alcanzado las expectativas.
Las recientes acciones del gobierno estadounidense han reorientado inversiones previamente prometidas, lo que ha causado un ambiente incierto para las empresas del sector. Los nuevos aranceles sobre productos importados, especialmente de China, que dominan las cadenas de suministro para baterías y otras tecnologías energéticas, también han influido en esta crisis. Expertos destacan que, aunque existen cientos de proyectos en construcción, muchos son víctimas de un mercado inestable que frena su progreso.
A pesar de la difícil situación, algunas iniciativas continúan avanzando, pero les falta el impulso esperado debido a la incertidumbre gubernamental. Proyectos como una planta en Georgia, que había recibido un apoyo financiero significativo, han sido cancelados en favor de enfoques más conservadores. Este panorama resalta la necesidad de alinear la oferta y la demanda en el sector de energía limpia, a medida que las empresas se ven obligadas a reconsiderar sus estrategias en un entorno tan volátil.
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