Durante un reciente episodio de su programa, Kelly Clarkson compartió una anécdota divertida y un tanto incómoda sobre su experiencia al ver a Jonathan Groff en el musical ‘Spring Awakening’. Clarkson, que ocupaba el segundo fila, recordó que se encontró con algo inesperado: lo que ella describió como ‘Groff sauce’, un fenómeno relacionado con la saliva y el sudor del actor en el escenario. Este relato provocó risas y una conexión especial entre ambos artistas, quienes reflexionaron sobre la intensidad de las actuaciones en vivo.
Jonathan Groff, conocido por su carisma en el escenario y su talento vocal, admitió que tiende a ser un ‘spitter’, es decir, que al entregarse por completo a sus actuaciones, libera más fluidos de lo habitual. Clarkson, admiradora de su trabajo, mencionó que, tras vivir esta situación, se sintió inferior por no esforzarse de la misma manera. Ambos compartieron risas sobre cómo el público a menudo está preparado para lidiar con estas peculiaridades durante las presentaciones, recordando que la pasión en el teatro puede ser un poco impredecible.
A lo largo de su carrera, Groff ha sido objeto de comentarios sobre su particularidad en el escenario, pero también ha sido capaz de conectar con sus compañeros de actuación y el público de una manera profundamente emocional. A pesar de lo que podría considerarse vergonzoso, el actor ha aprendido a abrazar esta parte de su rendimiento, y en retrospectiva, se muestra agradecido por la paciencia y amor de quienes comparten el escenario con él. Su talento ha crecido exponencialmente desde su debut, y esta anécdota no hace más que resaltar lo auténtico y entregado que es como artista.
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