Un tribunal de Estados Unidos ha reabierto el debate sobre la posesión de las patentes de CRISPR, la herramienta de edición genética que muchos consideran la invención más importante de la biotecnología del siglo XXI. Los científicos Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier tienen la oportunidad de demostrar que merecen ser reconocidas como las creadoras de esta revolucionaria tecnología, que ya se está utilizando para tratar diversas enfermedades genéticas.
El enfrentamiento entre Doudna, Charpentier y el investigador Feng Zhang, del Instituto Broad de MIT y Harvard, ha sido intenso y lleno de conflictos. El tribunal ha fallado a favor de las Nobelistas, permitiéndoles la posibilidad de obtener un resultado favorable en el enfrentamiento por los derechos de patente, lo cual podría tener implicaciones financieras significativas y determinar quién tiene la autoridad sobre esta innovadora tecnología.
La controversia gira en torno a quién fue realmente el primero en concebir el uso de CRISPR para editar células dentro de organismos vivos, lo que se considera una invención distinta. Con la decisión actual, el tribunal ha determinado que el proceso de evaluación necesita ser revisado, lo que da a Doudna y Charpentier otra oportunidad para demostrar su primacía en este avance científico, mientras que el Instituto Broad se muestra confiado en que las patentes serán confirmadas.
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