La disputa de patentes sobre CRISPR ha dado un giro inesperado, con un tribunal de apelaciones de EE. UU. renovando las esperanzas de Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, quienes luchan por el control de esta innovadora herramienta de edición genética. Este desarrollo podría afectar no sólo la propiedad de una tecnología crucial para la biotecnología moderna, sino también el reconocimiento y la financiación involucrada en su uso para tratar trastornos genéticos.
Doudna y Charpentier, pioneras en el desarrollo del sistema CRISPR, han enfrentado numerosos reveses legales, pero la reciente decisión del tribunal cambia las reglas del juego. El tribunal concluyó que las científicas merecen una nueva revisión de su caso por parte de la Junta de Apelaciones de Patentes, sugiriendo que no es indispensable demostrar el funcionamiento previo de la invención para obtener el crédito por su concepción. Este fallo podría posicionarlas como las claras ganadoras del conflicto, desafiando la posición del investigador Feng Zhang.
El resultado de este caso determinará quien mantiene derechos sobre uno de los inventos más disputados de la historia, comparándolo con invenciones emblemáticas como la luz eléctrica. Ahora, se espera que el enfoque se dirija hacia las evidencias y publicaciones originales, lo que podría cuestionar cómo Zhang llegó a sus descubrimientos. Esta saga sobre CRISPR no solo pone de relieve la innovación científica, sino también los intrincados caminos legales que la acompañan.
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