La corte de apelaciones de EE.UU. ha reabierto el debate sobre los derechos de patente de CRISPR, la herramienta de edición genética que está revolucionando la biotecnología. Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, quienes junto a Feng Zhang fueron pioneras en este campo, ahora tienen una nueva oportunidad de demostrar que son las legítimas inventor@s de la tecnología. Este fallo es un punto crítico en una disputa que ha durado años y que puede determinar no solo derechos financieros, sino también prestigio científico.
El litigio comenzó cuando, en 2014, se otorgaron derechos de patente a Feng Zhang, lo que resultó en un conflicto cargado de valor monetario y reputacional. Las dos científicas, son conocidas por haber desarrollado el sistema de edición genética que se utiliza en tratamientos para diversas enfermedades, incluidas desórdenes genéticos como la talasemia. Sin embargo, la batalla legal no es simple: involucra detalles técnicos que definen quién fue verdaderamente el primero en implementar la tecnología para edición en células humanas.
El último fallo ha sido visto como un respiro para Doudna y Charpentier, quienes enfrentaban desafíos significativos en su lucha por la propiedad intelectual. La corte determinó que no es necesario haber realizado pruebas exitosas inicialmente para recibir el reconocimiento por inventar la tecnología. Este avance podría abrir la puerta a una reevaluación completa del caso, permitiendo que se reconozca su trabajo pionero en la creación de esta herramienta esencial para la ciencia moderna.
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